
TERAPIA VISUAL O REHABILITACIÓN VISUAL
¿Sabes que con ejercicios visuales puedes mejorar la lectura, escritura y ser mejor en deportes?
La terapia visual consiste en la realización de una serie de ejercicios que permiten a la persona aprender a utilizar más eficazmente su visión,
La salud de tus ojos va mucho más allá de ver bien! ¿Y sabías que puedes "entrenar" tu visión?
Ya hablamos de lo importante que es esa revisión anual del fondo de ojo, ¿verdad? Pues hoy vamos a descubrir otra herramienta súper interesante para cuidar nuestros ojos y mejorar cómo los usamos en el día a día: la terapia visual o rehabilitación visual
¿Te has imaginado alguna vez que con unos ejercicios específicos para tus ojos podrías leer más rápido y entender mejor, escribir con más facilidad o incluso ser mejor en tus deportes favoritos? ¡Pues sí, es posible! ¡La terapia visual es como un "gimnasio" para tus ojos y tu cerebro!
¿En qué consiste exactamente? Pues en hacer una serie de ejercicios diseñados para que aprendas a usar tu visión de una manera más eficaz. Es como enseñarle a tus ojos a trabajar en equipo y a coordinarse mejor con tu cerebro. El objetivo final es que puedas responder mejor y con menos esfuerzo a todas esas actividades que haces cada día: estudiar, trabajar, practicar deporte... ¡todo se vuelve más fácil cuando tu visión funciona al máximo!
Lo mejor de todo es que la Rehabilitación visual se planifica de forma totalmente personalizada, pensando en las necesidades específicas de cada persona. No hay dos ojos iguales, ni dos problemas visuales iguales. Durante el programa, se hacen revisiones periódicas para ver cómo vas evolucionando y los progresos que vas consiguiendo. ¡Es como tener un entrenador personal para tu vista!
Pero, el éxito de la terapia visual depende muchísimo de tu constancia y de tu compromiso (o del de tus padres, si es para un niño). Es como aprender un idioma o tocar un instrumento: la práctica hace al maestro. Si en unos tres meses no se ven mejoras significativas, el optometrista valorará si seguir con el mismo tratamiento o cambiar el programa. ¡Lo importante es no tirar la toalla!
Y por último, pero no menos importante, ¡la comunicación entre el optometrista y tú es fundamental! Si tienes cualquier pregunta, duda o sientes algo diferente, pregúntanos sin dudarlo. ¡Estamos aquí para ayudarte en cada paso del camino hacia una mejor visión!